lunes, 21 de agosto de 2017

LAS MEMORIAS DE SHERLOC HOLMES, DE SIR ARTHUR CONAN DOYLE

Resumen y sinopsis de la editorial de “Las memorias de Sherlock Holmes”, de Arthur Conan Doyle
Estos once relatos están entre los más notables que resolvió Sherlock Holmes. Pero más notable aún es que Conan Doyle se sintió abrumado por la fama del personaje y lo hace morir (o eso parece) en el último cuento "El problema final". No resistiría la presión y años más tarde hubo de resucitarlo. un libro indispensable para todos los seguidores del famoso detective inglés. Contenido:

"Estrella de Plata" El "Gloria Scott", El hombre encorvado, El intérprete griego, El oficinista del corredor de bolsa, El paciente residente, El Ritual de Musgrave, El rostro amarillo, El tratado naval, Los hacendados de Reigate, El problema final.

OPINIÓN PERSONAL

Con tantos registros como alberga nuestra mente por las innumerables versiones cinematográficas realizadas, los personajes de Sherlock y Watson los mantenemos pegados a la retina y por suerte, conocemos hasta el más mínimo detalle de sus gustos, excentricidades y peculiaridades, por lo que sobra descripción alguna en cuanto a la perfecta definición de ambos. Todos los reconocemos al instante con el típico sombrero, la pipa entre los labios y la lupa que los engrandece y como no, utilizamos con cierto aire de satisfacción la tan manoseada frase de: “Elemental mi querido Watson”, ¿o acaso tú no la has utilizado nunca?
Esta obra nos deleita con once aventuras, (me he tenido que perder alguna porque ciertas ediciones hablan de doce de ellas), y no, no son unas memorias al uso, en primer lugar porque están escritas por el incondicional Watson, que recopila, a lo largo de su estrecha amistad con Sherlock un racimo de las que a su entender son las más interesantes de las que ha participado junto al sagaz detective.
Doyle es un maestro de la sugestión, a través de Sherlock nos manipula de forma incesante con sus deducciones obtenidas de sutiles pistas que no pasan desapercibidas a su gran poder de observación, y un simple rasguño en el reverso de una mano cualquiera, le lleva a concluir sin el menor género de dudas, la inocencia o culpabilidad del sujeto en cuestión. Sus deducciones las lleva a tal extremo que con su buen hacer las reviste de credulidad, llevando al lector a ese asombro general en cuanto a su perspicacia e ilimitada astucia.
Dentro de las historias que nos narra Watson podrán encontrar algunas algo simples, otras más complejas, pero todas ellas, apasionantes e interesantes, porque… quién no trata de llegar a las mismas conclusiones que nuestro icónico detective? Estoy convencido que todos hacemos cábalas y nos metemos en la piel de nuestros queridos personajes para ayudarles en la resolución de los misterios, y levantamos gozosos nuestra invisible copa, como un brindis al viento, cuando logramos desenmascarar al horripilante criminal, su logro es nuestro triunfo.

Puedo deciros que he disfrutado de todas ellas, sin embargo me detendré un instante en la que Watson nos relata al final de esta obra: “El problema Final”.  Prácticamente desde el principio no intuyes nada bueno, y el paso de los párrafos, fragmentos y páginas van corroborando tu impresión inicial. Sherlock se enfrenta a un igual, una mente privilegiada que en este caso es utilizada para delinquir. Ambos contendientes se respetan, pues son conscientes que su rival iguala su intelecto, y las trampas, falsas pistas y situaciones que se crea, te conducen a devorar esas últimas páginas con la esperanza de equivocarte.

Ya no voy a deciros nada más, no sea que se me etiqueten de spoiler, pero si aventuraros que Doyle corta por la tangente con nuestro personaje, dejando una puerta abierta a la imaginación de cada lector y como reza en el resumen de la editorial, resurge como Ave Fénix en una nueva obra. 





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